LA FE SIN MIEDO LLEVA AL COMPROMISO Y AL AMOR

DOMINGO  XIII DEL T.O.
CICLO A
02.07.2017


LA FE SIN MIEDO LLEVA AL COMPROMISO Y AL AMOR
LA SEMANA PASADA VEÍAMOS LA TEMÁTICA DE LA FE, Y LOS MIEDOS QUE PUEDEN ATENAZARLA. HOY LA PALABRA DE DIOS Y LA LITURGIA NOS INVITAN A DAR UN BELLO PASO, COMPLEMENTARIO. LA FE SIN MIEDO DEBE CONCRETARSE Y MANIFESTARSE EN LA ENTREGA, EN EL AMOR, EN LA CERCANÍA A LOS HOMBRES. EN AYUDAR Y PROMOCIONAR.
PERO ¡CUIDADO! ESA PROMOCIÓN DEBE HACERSE SIEMPRE DESDE DIOS, DESDE CRISTO. LAS OBRAS HACEN EFICAZ LA FE, Y LA TRANSPARENTAN; PERO NO DEBEN LLEVARNOS A LA TENTACIÓN DE  OLVIDAR LA INSERCIÓN EN DIOS. LAS PALABRAS DE DIOS DE HOY SERÁN UN BELLO GUÍA, UN BELLO CAMINO PARA NOSOTROS.

GAUDIUM ET SPES… OCHOCIENTOS AÑOS ANTES DE CRISTO.
Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón. De este modo tan inolvidable comienza la famosa Constitución Pastoral del Concilio sobre la Iglesia en el mundo actual (Gaudium et Spes). Pero la palabra de Dios de hoy es un bellísimo testimonio de que Dios preparó a su pueblo, educó a su pueblo, para que fuese capaz de albergar estos sentimientos, tan actuales, tan propios de la Iglesia de hoy,  desde el comienzo de la Historia Sagrada, desde la  Alianza con Israel.
La figura del profeta Eliseo, en este aspecto, es muy paradigmática. Su propio nombre es ya un bello signo. Eliseo significa “Dios es salvación”. Y como tal, lleva la esperanza y el gozo a los abatidos, y humillados. Andando el tiempo, curará al extranjero y enemigo Naamán, el general y gobernante sirio. Y este bello gesto convertirá al enemigo y le hará miembro de Israel. Hoy, en cambio,  se nos presenta cercano a la mujer de Sunén, mostrándose sensible y compasivo con los problemas de ella. Esta mujer tiene el doble dolor de la esterilidad y la vergüenza, como reflexiona San Cesáreo de Arles. Y Eliseo, Dios es salvación, asume los gozos, esperanzas, y tristezas de esta mujer pequeña y desconocida, pero respetable e infinitamente amada por Dios. Dios no es un Dios Infinito, remoto, demasiado ocupado con gobernar el Universo. Está muy cerca de todos, especialmente de los pequeños y de los que sufren.
Pero quiere que la fe sea eficaz. Dios no quiere salvar desde arriba, y por sí sólo. Cuenta con la maravillosa y libre colaboración del buen profeta. Le convierte en sus manos bondadosas. Y Eliseo, el itinerante, por su parte, asume esa bella misión de manos de Dios, y dentro de ella, responde a la gratitud de la sunemita y acepta con humildad y sencillez el detalle de hospitalidad de la mujer.  Este es también un signo precioso: un signo de reciprocidad y correspondencia. Ella abre su casa. Su familia es una familia abierta, generosa, desprendida.Muestra así un gesto maravilloso y sugerente de una fe eficaz, humilde y desprendida, en obediencia gozosa a   Dios y en servicio de los hombres.

EL BASTÓN SIN ELISEO NO VALÍA NADA, LA CRUZ SIN CRISTO NO VALE NADA.  (Cesáreo de Arlés Sermones, 128)
 Fidelidad y obediencia del profeta. Acogida y apertura de la mujer. Decimos que la donación de Eliseo se ve correspondida por la donación de la mujer. Hay un bello dar-recibir en amor fraterno, recibir-dar en comunión.  Ahora bien, no nos podemos quedar puramente en el favor, y en el milagro.  La actitud recíprocamente acogedora debe estar abierta a Dios, abierta al Señor que ha venido en su nombre. Es muy importante la referencia al amor  del Señor, a su iniciativa amorosa. Una iniciativa que transforma la vida y nos inserta en la gracia de una vida nueva.
Podríamos quedarnos en el remedio de la esterilidad y la liberación de la vergüenza, pero debemos ir más allá. Lo que verdaderamente importa no es el bastón curador, sino la persona que lo lleva, y sobre todo, la misión que cumple y desde quien presta el servicio. Del mismo modo,  no podemos tomar la cruz del Señor como algo taumatúrgico, sino como un signo eficaz y pleno de un amor infinito entregado personalmente a nosotros, y fuente luminosa de vida nueva.Si Cristo no escatima nada, si nos da todo, tampoco nosotros debemos escatimar nada; debemos darlo todo y de ese modo, desde la gratitud por su acercarse e interesarse, vivir una nueva existencia en Él y para Él. Por eso Pablo, en la segunda lectura, nos invita a participar en la experiencia del amor generoso hasta la muerte y resurrección que significa el bautismo. El gran favor concedido, tiene que llevarnos a una existencia para Dios.
Sí. Es verdad: el bautismo cristiano, signo eficaz y verdadero de nuestra inserción en Cristo es mucho más que una purificación ritual, como en  muchas prácticas de otras religiones. También sobrepasa una ceremonia de iniciación, como las que hay en muchas culturas para solemnizar el paso natural e inevitable del despertar de la sexualidad, el comienzo de la etapa fértil de las personas. El bautismo significa un acto libre, voluntario,  muy consciente, de amor grande que pretende y realiza  hacernos transitar por una vida nueva, insertarnos en un amor que asume toda condición humana y la hace vivir cara a Dios.
LA FE Y SU PLENITUD.
Efectivamente.  El texto del Evangelio es exigente y bello. El seguimiento de Jesús implica sensibilidad y compromiso a ejemplo de Eliseo, implica vida bautismal fecunda.  El discípulo de Jesús, el amigo de Jesús no es un profesional que hace un trabajo eficazmente; tampoco un mero repetidor formal y rutinario de un mensaje que le sobrepasa. Es alguien unido vital y felizmente al Señor Jesús, transparente de su ser y de su corazón. Que se identifica y hace suyo el amor del Señor para con los desfavorecidos, con las víctimas, con aquello a quienesDios ama.
Esa inserción, ese vivir en el Señor genera una vida nueva, una realidad que debe ser incluso superior a los vínculos que nos unen con nuestros familiares más cercanos. Pero  no temamos nada: nunca el amor a Dios, el amor a Jesús,  entra en competencia con el amor a nuestros seres queridos. Sí compite con un amor cerrado, exclusivista, que no contempla a quienes están fuera del reducido círculo familiar, del estrecho círculo de nuestra comunidad, entendida como un refugio exclusivo e insolidario... Como interpreta San Jerónimo al leer el Cantar de los Cantares,  Señor Dios mío, ordena en mí  el amor. Es verdad: hay un bello orden: ama a tu padre, a tu madre a tus familiares….después de Dios.(San Jerónimo, Comentario a Mateo) Porque si amamos a Dios ante todo, el sabrá educar nuestro amor, y lo hará más y más verdadero, y no permitirá que nuestros padres y seres queridos sean olvidados. Y desde esa sinceridad y autenticidad, lo abrirá a hacerse eficaz en obras de amor y salvación como las que nos narran las lecturas de hoy, especialmente la primera.
La fe conduce a la eficacia del amor, manifestada en buenas obras de salvación. La fe alimenta y hace brotar la  corriente del amor verdadero de la vida verdadera que se plasma en obras salvadoras.  La eficacia del amor nos lleva a la fuente de Quien abre su corazón a los pobres y olvidados. Quien ama de ese modo,  está dando cobijo a Dios,  y esa acogida, cambiará en bien nuestra existencia.


Que el Señor nos ayude a creer y amar, y a seguirle eficazmente.

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"Entiende para creer, cree para entender" (San Agustín, Sermón 43)