ESCRITOS JOÁNICOS

  1. ORÍGENES Y DESARROLLO DE LOS ESCRITOS JOÁNICOS (EVANGELIO Y CARTAS).
    1. Fechas de composición del evangelio.
    2. Autor del evangelio.
    3. Desarrollo del evangelio de Juan: La comunidad Joánica.
    4. Etapas de redacción del evangelio.
    5. Marco cultural del evangelio.
    6. Las Cartas de Juan.
      1. Fecha de composición.
      2. Autor.
      3. Lugar de composición.
      4. Desarrollo de las cartas Joánicas.
  2. JESÚS Y EL PADRE LOS ESCRITOS JOANICOS.
    1. Jesús el enviado.
    2. Jesús el Hijo.
    3. El Hijo de Dios.
    4. El Padre.
      1. Dios invisible.
      2. Dios como origen y destino de Jesús.
6.1 ORÍGENES Y DESARROLLO DE LOS ESCRITOS JOÁNICOS (EVANGELIO Y CARTAS).
6.1.1. Fechas de composición del evangelio.
Por los muchos interrogantes que se han planteado sobre su autor, medio cultural, y por los avatares de la comunidad o escuela joánica, esta cuestión no puede recibir una respuesta clara. Sin embargo podemos realizar un acercamiento con mucha certeza a su antigüedad.
No deja de ser una cierta paradoja que Juan sea, entre los evangelios canónicos, el que tenga la a que atestación manuscrita más antigua. Esto se debe, por encima de todo, a los papiros descubiertos y publicados los últimos 50 años. El papiro más antiguo del nuevo testamento es precisamente el llamado papiro 52; se trata de un pequeño fragmento que contiene escritura en ambas caras; no se trata, pues, de un rollo. En el anverso tenemos Jn 18,31-33 y en el reverso Jn 18,37 – 38. Está datado de la primera mitad del siglo II (más cerca del año 150 que del año 100). El papiro muestra que por el año 140 Evangelio de Juan era conocido en Egipto.
           Hay otros testigos manuscritos muy antiguos de Juan, se han descubierto fragmentos de un evangelio desconocido que parece utilizar textos de Juan (Jn,5,39 pero también Jn 5,54; 8,59). Se trata del papiro llamado Egertón 2 que fuera datado alrededor del año 150 de nuestra era. Su descubrimiento en Egipto corrobora que Juan era conocido y utilizado en aquel país hacia mediados del siglo II. Finalmente el descubrimiento y publicación de los papiros de la colección Bodmer (2 y 14-15) datados hacia el final de siglo segundo y clasificados con las siglas P.66 y P.75, que contienen ambos, prácticamente todo el evangelio, corrobora la antigüedad de Juan, aparte de confirmar que el texto considerado original a partir de las ediciones críticas es fundamentalmente correcto.
           Parece, que por tanto, Juan se publicó, como muy tarde, hacia el año 125. Este es el margen requerido para su definición y para que llegara a Egipto, en el supuesto que no fuera escrito en Egipto. Es por tanto la fecha más tardía, dada la difusión que parece tuvo desde el comienzo. Por otra parte no parece que Juan pudiera haber sido escrito en su redacción definitiva antes de la ruptura entre la comunidad Joánica y la sinagoga. Puesto que la decisión del judaísmo oficial de expulsar a los cristianos del culto sinagogal parece haber sido tomada entre los años 85 y 95 en la llamada asamblea de Yamnia, entonces habrá que situar la publicación definitiva del evangelio, como pronto, hacia años 90 -100. El margen es muy reducido (90-125) y nos sitúa en los comienzos de siglo II, fecha propuesta por la mayoría de especialistas y que responde a los datos que hemos utilizado en este desarrollo.
6.1.2. Autor del evangelio.
Desde el punto de vista de la crítica externa, la información histórica, a partir de Ireneo (final del siglo II) se va imponiendo de forma rotunda la autoría Joánica. Sin embargo, los argumentos que llevan a esta unanimidad son mucho menos claros. La tradición sobre un Juan el presbítero, ligado a la iglesia de Éfeso, en vez de aclarar el tema lo hace mucho más dudoso. Por otro lado hay que contar con la simpatía del sistema gnóstico por Juan, lo cual dificulta el tema.
El conjunto de datos apunta Juan el hijo de Zebedeo mi hermano de Santiago como el más firme candidato a la autoría del evangelio. Pero se puede decir que faltan argumentos para autentificar dicha afirmación.
           Desde el punto de vista de la crítica interna (los datos que proporciona evangelio) la cuestión está más definida. Nadie niega que Juan se presente como una obra anónima. El evangelio no proporciona datos inequívocos para identificar al autor. Más aún, el apéndice (capítulo 21) se niega desvelar la identidad del enigmático discípulo amado. De nuevo el candidato más probable es Juan el hijo del Zebedeo, sin embargo este dato no pasa de ser una condición probable. Pero la crítica histórica sigue interesada en descifrar el enigma del autor.
6.1.3. Desarrollo del evangelio de Juan: La comunidad Joánica.
Sabemos a ciencia cierta que no hay un autor seguro para el evangelio, y más aún, no tenemos datos históricos veraces que nos hablen de esta comunidad. No tenemos fuera del texto ningún dato externo que nos informe lo más mínimo acerca de este grupo cristiano.
           Los influjos culturales que se perciben en el texto no son unitarios y hacen sospechar que el grupo en el que se gestó el evangelio fue un lugar complejo que amplió su horizonte cultural con los años y que, en último término estuvo compuesto por facciones de procedencia y de talante diversos.
            Señalaremos algunos elementos que encontramos relevantes en el evangelio.
  1. Es una comunidad que cree y profundiza su identidad. Es una comunidad judeo-cristiana, cuyo núcleo está arraigado en el judaísmo. Dios es el padre de Jesús; Jesús hijo de Dios sobre quien habló Moisés fue visto por Abraham y los profetas
  2. La comunidad Joánica vive o ha vivido un momento fundamental de su existencia en una polémica con la sinagoga. Proclama el judaísmo que los cristianos quieren ser ” dioses “: ” siendo como es un hombre te haces a ti mismo Dios ” (10,33).
  3. Un aspecto fundamental de esta comunidad en su apertura a otros grupos del judaísmo (samaritanos, Qumram). Esto se aprecia en la ampliación de títulos mesiánicos: Salvador del mundo; Mesías que ha de venir, según la tradición samaritana; el profeta, según las tradiciones del Pentateuco de Deuteronomio; Verdad en relación con el Espíritu de verdad.
  4. Todo esto se concreta en la historia de la comunidad.
  5. La centralidad de Jesús responde al tipo de experiencia cristiana de la comunidad más que a esquemas culturales o a la fuerza de la misma tradición
6.1.4 Etapas de redacción del evangelio.
  1. E. Brow nos habla de una progresiva redacción del evangelio escalonada en cinco etapas:
  1. El grupo que inicia la traición Joánica nace del judaísmo, e incluye seguidores de Juan Bautista. Hay que situar los comienzos en Palestina. El grupo acepta a Jesús como el Mesías Davídico. Aquí encontramos al discípulo que amó (Jn 1,35-51).
  2. Se una la comunidad un grupo de judíos con cierta actitud de reserva frente al templo (Jn 2-3) y también un grupo samaritano (Jn 4) en este último hay una mesianología mosaica, más que davídica, que habla de Jesús como el que había estado con Dios, el que había visto a Dios y había sido el portador de sus palabras a su pueblo. Hay una cristología muy acentuada.
  3. La comunidad se ha trasladado probablemente a la diáspora, con toda probabilidad el discípulo amado realiza allí una compilación y redacta el evangelio sobre la base del segundo grupo.
  4. Los cristianos de la comunidad han de defender su identidad frente a diversos grupos que la amenazan. También dentro de ella hay diversidad de grupos que hacen brotar tensiones internas. Todo esto se refleja en una segunda redacción del evangelio que adquiere casi su forma definitiva.
  5. La última a edición de Juan es llevada a cabo no ya por el autor, sino por un último redactor. Este hombre debió estar ligado al autor en su segunda relación.
6.1.5 Marco cultural del evangelio.
Son varios los autores que piensan que el evangelio de Juan tiene delante el mundo judío, porque se habla de fiestas judías, son conocidas sus costumbres, son familiares los problemas del descanso sabático. La influencia judías es innegable pero insuficiente. Otros autores afirman que hay un influjo helenista, por la presencia del término λόγος. Otros ven que hay influencia de la gnosis, corriente filosófica-religiosa: expresiones como “ser de la verdad” o “ser la luz” son propios de esta corriente.
           Hay quien piensa que el mundo “hermético” grecorromano ejercen su influjo debido las afirmaciones como: inmortalidad, vida verdadera, etc. Se puede hablar también influjo de Qumram. Aparecieran en el influjo del Antiguo Testamento, del judaísmo rabínico y de la cultura helénica, pero las diferencias son llamativas.
6.1.6. Las Cartas de Juan
  1. Fecha de composición: la fecha no resulta fácil de fijar. Si 3Jn es coetánea de 2Jn, y esta se escribe más o menos en la época de 1Jn, lo cual se infiere de que 2Jn dice fundamentalmente lo mismo lo que 1Jn, de una forma claramente epistolar y por parte del mismo autor que 3Jn, hemos de hablar de fines del siglo I, comienzos del II. Es decir, cuando el evangelio de Juan ya había adquirido, fundamentalmente, la forma en que ha llegado hasta nosotros.
  2. Autor: se auto presenta como el presbítero. Resulta difícil de identificarlo; en la tradición ligada a la iglesia de Éfeso sobre la existencia de un presbítero llamado Juan, nos da pautas para pensar que es el autor, pero los datos son suficientes.
  3. Lugar de composición: se trataría de comunidades en un amplio círculo geográfico, con ciudades relativamente cercanas. Hay varios lugares candidatos, pero la tradición de Éfeso continúa siendo la más probable: se trata de una región con un centro importante (Éfeso), y con ciudades de cierta relevancia los alrededores.
  4. Desarrollo de las cartas Joánicas: los datos que nos proporcionan las cartas facilitan el conocimiento la comprensión de la comunidad Joánica.
Estos grupos están en diversos lugares; más probablemente en ciudades, puesto que el cristianismo fue al comienzo un fenómeno fundamentalmente urbano, se dice que la distancia de los centros urbanos debió ser considerables, ya que en la carta que escribe a Gayo le pide que envíe misioneros y que prevea su viaje.
Descubrimos que hay personas revestidas de cierta autoridad; ante todo el mismo presbítero, que se considera con autoridad para echar en cara a Diotrefes su conducta inhospitalaria. Es probable que el Gayo será un hombre de responsabilidad y que se halle cerca de Diotrefes.
Los nombres que aparecen: Diotrefes, Gayo, Demetrio, son nombres comunes grecorromanos. Son personas que en alcanzado un grado dentro de la comunidad.
Vemos que en las iglesias jónicas existieron misioneros itinerantes que se dedicaron a visitar las diversas comunidades, con la finalidad de colaborar con la verdad.
6.2. JESÚS Y EL PADRE LOS ESCRITOS JOANICOS.
6.2.1. Jesús, el enviado.
Jesús habla de su misión en 40 lugares. Misión que no se ha auto otorgado sino que la refiere al envío de su Padre. Manifiesta explícitamente que de él ha venido al mundo.
Jesús es un enviado plenipotenciario. En el derecho judío, el que envía es uno con el enviado, tiene el mismo derecho y se le debe el mismo honor. Jesús es uno con el Padre (10,30; cf 17,21; 10,38; 14,10.20) y su misión es la misma que la de aquél que lo ha enviado (5,23). Jesús es enviado con poder para juzgar (5,22-23), tiene todo en sus manos (3,35; 13,3).
«Venir en nombre del Padre» (5,43; 10,25) acentúa la relación entre Jesús y el Padre, que se realiza en términos de presencia: «el que me ha enviado está conmigo y no me ha dejado nunca solo» (8,29; cf 8,16; 16,32).
Juan usa dos verbos para referirse a la misión de Jesús: πέμπω αποστέλλω.
Αποστέλλω (apostello) aparece en 28 veces y en 18 lugares se utiliza con referencia al aspecto externo de la misión: « Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él » (3,17).
Πέμπω (pempo) se encuentra 32 veces y se puede considerar vocablo joánico. En 26 ocasiones en participio aoristo para indicar el acto de enviar. La expresión ho pempsas me (pater) «el (Padre) que me ha enviado», se convierte en un verdadero título del Padre.
6.2.2. Jesús el Hijo.
La descripción de Jesús el enviado, nos pone ante una relación muy estrecha entre el Padre que envía Jesús, y Jesús como enviado. Relación que se manifiesta en términos de presencia. Juan va más lejos y nos habla de mutua presencia en términos de paternidad y filiación.
Juan habla de Jesús como el “Hijo”, el Hijo Unigénito y el Hijo de Dios; estas tres expresiones a pesar de estar encuadradas en el mismo marco cristológico, vienen a significar diferentes aspectos de la figura de Jesús que conviene distinguir. Las expresión “Unigénito de Dios” resulta insegura en uno de los lugares en que aparece (Jn 1,18) y los otros dos lugares donde aparece queda asimilada al título de Hijo de Dios (3,18) o bien a la expresión el Hijo (3,16).
6.2.3. El Hijo de Dios.
Éste se puede identificar sin más con la expresión “el Hijo”, ya que el título es también conocido y utilizado Cristológicamente por los sinópticos. Es Dios mismo quien presentó a Jesús como Hijo en el bautismo. Estamos ante un título mesiánico que está enraizado en las tradiciones del Antiguo Testamento en la teología del Rey Mesías, por lo que se expresa el motivo de la edición del Rey Davídico por parte de Yahweh (Sal 2,7 y 2 Sam 7,14).
El título Hijo de Dios que encontramos los sinópticos está íntimamente enlazado con la denominación de Jesús como el Hijo.
6.2.4. El Padre.
  1. Dios invisible. Es evidente que el Padre de Jesús es Dios. Juan lo dice explícitamente «porque a este, a quien el Padre Dios ha marcado con su sello» (6,27); no lo dice también Jesús: «Padre, ha llegado la hora… esta es la vida eterna que te conozcan a ti, único Dios verdadero, y al que tú has enviado, Jesucristo» (17,3); «subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios» (20,17). Es Jesús quien habló de Dios como Padre; en cambio los interlocutores de Jesús hablaran del padre de Jesús como θεος. Tenemos en ese sentido ante esto especialmente claro: «es mi Padre quien me glorifica, de quien vosotros decís: es nuestro Dios» (8,54).
  2. Dios como origen y destino de Jesús. La expresión “el Padre” o “mi Padre”, sirve a Jesús para expresar quien es aquel que lo ha enviado (25 textos) aquel que está siempre con él (8,18-29), aquel con quien se siente íntimamente identificado (10,30). Por eso como ya hemos constatado, honrar al Hijo es lo mismo que honrar al Padre, ver al Hijo es lo mismo que ver al Padre; el Hijo es el camino para llegar al Padre, y el Padre se revela en el Hijo.

  1. Orígenes y desarrollo de los escritos Joánicos (Evangelio de Juan-Cartas).
  2. Jesús y el padre en los escritos Joanicos.
6.1 ORÍGENES Y DESARROLLO DE LOS ESCRITOS JOÁNICOS (EVANGELIO Y CARTAS).
6.1.1. Fechas de composición del evangelio.
Por los muchos interrogantes que se han planteado sobre su autor, medio cultural, y por los avatares de la comunidad o escuela joánica, esta cuestión no puede recibir una respuesta clara. Sin embargo podemos realizar un acercamiento con mucha certeza a su antigüedad.
No deja de ser una cierta paradoja que Juan sea, entre los evangelios canónicos, el que tenga la a que atestación manuscrita más antigua. Esto se debe, por encima de todo, a los papiros descubiertos y publicados los últimos 50 años. El papiro más antiguo del nuevo testamento es precisamente el llamado papiro 52; se trata de un pequeño fragmento que contiene escritura en ambas caras; no se trata, pues, de un rollo. En el anverso tenemos Jn,18,31-33 y en el reverso Jn,18,37 – 38. Está datado de la primera mitad del siglo II (más cerca del año 150 que del año 100). El papiro muestra que por el año 140 Evangelio de Juan era conocido en Egipto.
Hay otros testigos manuscritos muy antiguos de Juan, se han descubierto fragmentos de un evangelio desconocido que parece utilizar textos de Juan (Jn,5,39 pero también Jn 5,54; 8,59). Se trata del papiro llamado Egertón 2 que fuera datado alrededor del año 150 de nuestra era. Su descubrimiento en Egipto corrobora que Juan era conocido y utilizado en aquel país hacia mediados del siglo II. Finalmente el descubrimiento y publicación de los papiros de la colección Bodmer (2 y 14-15) datados hacia el final de siglo segundo y clasificados con las siglas P.66 y P.75, que contienen ambos, prácticamente todo el evangelio, corrobora la antigüedad de Juan, aparte de confirmar que el texto considerado original a partir de las ediciones críticas es fundamentalmente correcto.
Parece, que por tanto, Juan se publicó, como muy tarde, hacia el año 125. Este es el margen requerido para su definición y para que llegara a Egipto, en el supuesto que no fuera escrito en Egipto. Es por tanto la fecha más tardía, dada la difusión que parece tuvo desde el comienzo. Por otra parte no parece que Juan pudiera haber sido escrito en su redacción definitiva antes de la ruptura entre la comunidad Joánica y la sinagoga. Puesto que la decisión del judaísmo oficial de expulsar a los cristianos del culto sinagogal parece haber sido tomada entre los años 85 y 95 en la llamada asamblea de Yamnia, entonces habrá que situar la publicación definitiva del evangelio, como pronto, hacia años 90 -100. El margen es muy reducido (90-125) y nos sitúa en los comienzos de siglo II, fecha propuesta por la mayoría de especialistas y que responde a los datos que hemos utilizado en este desarrollo.
6.1.2. Autor del evangelio.
Desde el punto de vista de la crítica externa, la información histórica, a partir de Ireneo (final del siglo II) se va imponiendo de forma rotunda la autoría Joánica. Sin embargo, los argumentos que llevan a esta unanimidad son mucho menos claros. La tradición sobre un Juan el presbítero, ligado a la iglesia de Éfeso, en vez de aclarar el tema lo hace mucho más dudoso. Por otro lado hay que contar con la simpatía del sistema gnóstico por Juan, lo cual dificulta el tema.
El conjunto de datos apunta Juan el hijo de Zebedeo mi hermano de Santiago como el más firme candidato a la autoría del evangelio. Pero se puede decir que faltan argumentos para autentificar dicha afirmación.
Desde el punto de vista de la crítica interna ( los datos que proporciona evangelio) la cuestión está más definida. Nadie niega que Juan se presente como una obra anónima. El evangelio no proporciona datos inequívocos para identificar al autor. Más aún, el apéndice (capítulo 21) se niega desvelar la identidad del enigmático discípulo amado. De nuevo el candidato más probable es Juan el hijo del Zebedeo, sin embargo este dato no pasa de ser una condición probable. Pero la crítica histórica sigue interesada en descifrar el enigma del autor.
6.1.3. Desarrollo del evangelio de Juan: La comunidad Joánica.
Sabemos a ciencia cierta que no hay un autor seguro para el evangelio, y más aún, no tenemos datos históricos veraces que nos hablen de esta comunidad. No tenemos fuera del texto ningún dato externo que nos informe lo más mínimo acerca de este grupo cristiano.
Los influjos culturales que se perciben en el texto no son unitarios y hacen sospechar que el grupo en el que se gestó el evangelio fue un lugar complejo que amplió su horizonte cultural con los años y que, en último término estuvo compuesto por facciones de procedencia y de talante diversos.
Señalaremos algunos elementos que encontramos relevantes en el evangelio.
  • Es una comunidad que cree y profundiza su identidad
  • Es una comunidad judeo cristiana, cuyo núcleo está arraigado en el judaísmo. Dios es el padre de Jesús; Jesús hijo de Dios sobre quien habló Moisés fue visto por Abraham y los profetas
  • La comunidad Joánica vive o ha vivido un momento fundamental de su existencia en una polémica con la sinagoga. Proclama el judaísmo que los cristianos quieren ser ” dioses “: ” siendo como es un hombre te haces a ti mismo Dios ” (10,33).
  • Un aspecto fundamental de esta comunidad en su apertura a otros grupos del judaísmo (samaritanos,Qumram). Esto se aprecia en la ampliación de títulos mesiánicos: Salvador del mundo; Mesías que ha de venir, según la tradición samaritana; el profeta, según las tradiciones del Pentateuco de Deuteronomio; Verdad en relación con el Espíritu de verdad.
  • Todo esto se concreta en la historia de la comunidad.
  • La centralidad de Jesús responde al tipo de experiencia cristiana de la comunidad más que a esquemas culturales o a la fuerza de la misma tradición
6.1.4 Etapas de redacción del evangelio.
E. Brow nos habla de una progresiva redacción del evangelio escalonada en cinco etapas:
  1. El grupo que inicia la traición Joánica nace del judaísmo, e incluye seguidores de Juan Bautista. Hay que situar los comienzos en Palestina. El grupo acepta a Jesús como el Mesías Davídico. Aquí encontramos al discípulo que amó (Jn 1,35-51)
  2. Se una la comunidad un grupo de judíos con cierta actitud de reserva frente al templo (Jn 2-3) y también un grupo samaritano (Jn 4) en este último hay una mesionología mosaica, más que davidica, que habla de Jesús como el que había estado con Dios, el que había visto a Dios y había sido el portador de sus palabras a su pueblo. Hay una cristología muy acentuada.
  1. La comunidad se ha trasladado probablemente a la diáspora, con toda probabilidad el discípulo amado realiza allí una compilación y redacta el evangelio en base al segundo grupo.
  1. Los cristianos de la comunidad han de defender su identidad frente a diversos grupos que la amenazan. También dentro de ella hay diversidad de grupos que hacen brotar tensiones internas. Todo esto se refleja en una segunda redacción del evangelio que adquiere casi su forma definitiva.
  1. La última a edición de Juan es llevada a cabo no ya por el autor, sino por un último redactor. Este hombre debió estar ligado al autor en su segunda relación.
6.1.5 Marco cultural del evangelio.
Son varios los autores que piensan que el evangelio de Juan tiene delante el mundo judío, porque se habla de fiestas judías, son conocidas sus costumbres, son familiares los problemas del descanso sabático. La influencia judías es innegable pero insuficiente. Otros autores afirman que hay un influjo helenista, por la presencia del término ” logos “. Otros ven que hay influencia de la gnosis, corriente filosófica-religiosa: expresiones como ” ser de la verdad ” o ” ser la luz ” son propios de esta corriente.
Hay quien piensa que el mundo “hermético” grecorromano ejercen su influjo debido las afirmaciones como: inmortalidad, vida verdadera, etc. Se puede hablar también influjo de Qumram. Aparecieran en el influjo del Antiguo Testamento, del judaísmo rabínico y de la cultura helénica, pero las diferencias son llamativas.
6.1.6. Las Cartas de Juan.
Fecha de composición: la fecha no resulta fácil de fijar. Si 3Jn es coetánea de 2Jn, y esta se escribe más o menos en la época de 1Jn, lo cual se infiere de que 2Jn dice fundamentalmente lo mismo lo que 1Jn, de una forma claramente epistolar y por parte del mismo autor que 3Jn, hemos de hablar de fines del siglo I, comienzos del II. Es decir, cuando el evangelio de Juan ya había adquirido, fundamentalmente, la forma en que ha llegado hasta nosotros.
Autor: se autopresenta como el presbítero. Resulta difícil de identificarlo; en la tradición ligada a la iglesia de Éfeso sobre la existencia de un presbítero llamado Juan, nos da pautas para pensar que es el autor, pero los datos son suficientes.
Lugar de composición: se trataría de comunidades en un amplio círculo geográfico, con ciudades relativamente cercanas. Hay varios lugares candidatos, pero la tradición de Éfeso continúa siendo la más probable: se trata de una región con un centro importante (Éfeso), y con ciudades de cierta relevancia los alrededores.
Desarrollo de las cartas Joánicas: los datos que nos proporcionan las cartas facilitan el conocimiento la comprensión de la comunidad Joánica.
  • Estos grupos están en diversos lugares; más probablemente en ciudades, puesto que el cristianismo fue al comienzo un fenómeno fundamentalmente urbano, se dice que la distancia de los centros urbanos debió ser considerables, ya que en la carta que escribe a Gayo le pide que envíe misioneros y que prevea su viaje.
  • Descubrimos que hay personas revestidas de cierta autoridad; ante todo el mismo presbítero, que se considera con autoridad para echar en cara a Diotrefes su conducta inhospitalaria. Es probable que el Gayo será un hombre de responsabilidad y que se halle cerca de Diotrefes.
  • Los nombres que aparecen: Diotrefes, Gayo, Demetrio, son nombres comunes grecorromanos. Son personas que en alcanzado un grado dentro de la comunidad.
  • Vemos que en las iglesias jónicas existieron misioneros itinerantes que se dedicaron a visitar las diversas comunidades, con la finalidad de colaborar con la verdad.
6.2. JESÚS Y EL PADRE LOS ESCRITOS JOANICOS.
6.2.1 Jesús el Hijo.
La descripción de Jesús el enviado, nos pone ante una relación muy estrecha entre el Padre que envía Jesús, y Jesús como enviado. Relación que se manifiesta en términos de presencia. Juan va más lejos y nos habla de mutua presencia en términos de paternidad y filiación.
Juan habla de Jesús como el “Hijo”, el Hijo Unigénito y el Hijo de Dios; estas tres expresiones a pesar de estar encuadradas en el mismo marco cristológico, vienen a significar diferentes aspectos de la figura de Jesús que conviene distinguir. Las expresión “Unigénito de Dios ” resulta insegura en uno de los lugares en que aparece (Jn 1, 18) y los otros dos lugares donde aparece queda asimilada al título de Hijo de Dios (3,18) o bien a la expresión el Hijo (3,16).
6.2.2 el Hijo de Dios.
Éste y los se puede identificar sin más con la expresión “el Hijo”, ya que el título es también conocido y utilizado Cristológicamente por los sinópticos. Es Dios mismo quien presentó a Jesús como Hijo en el bautismo. Estamos ante un título mesiánico que está enraizado en las tradiciones del Antiguo Testamento en la teología del Rey Mesías, por lo que se expresa el motivo de la edición del Rey Davídico por parte de Yahwe (Sal 2,7 y 2 Sam 7,14).
El título Hijo de Dios que encontramos los sinópticos está íntimamente enlazado con la denominación de Jesús como el Hijo.
6.2.3. El Padre.
Es evidente que el Padre de Jesús es Dios. Juan lo dice explícitamente ” porque a este, a quien el Padre Dios ha marcado con su sello ” (6,27); no lo dice también Jesús: “Padre, ha llegado la hora… esta es la vida eterna que te conozcan a ti, único Dios verdadero, y al que tú has enviado, Jesucristo ” (17,3); ” subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y vuestro Dios ” (20,17). Es Jesús quien habló de Dios como Padre; en cambio los interlocutores de Jesús hablaran del padre de Jesús como “theos”. Tenemos en ese sentido ante esto especialmente claro: ” es mi Padre quien me glorifica, de quien vosotros decís: es nuestro Dios ” (8,54).
La expresión “El Padre” o “mi Padre”, sirve a Jesús para expresar quien es aquel que lo ha enviado (25 textos) aquel que está siempre con él (8,18-29), aquel con quien se siente íntimamente identificado (10,30). Por eso como ya hemos constatado, honrar al Hijo es lo mismo que honrar al Padre, ver al Hijo es lo mismo que ver al Padre; el Hijo es el camino para llegar al Padre, y el Padre se revela en el Hijo.

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"Entiende para creer, cree para entender" (San Agustín, Sermón 43)