Los evangelios sinópticos

  1. La formación de los evangelios.
  2. Jesús y los discípulos en los evangelios de Marcos y Mateo.
  3. La obra de Lucas: relaciones entre Lc y Hch.
  4. El tiempo de Jesús y de la Iglesia.
Dios sale al encuentro del hombre, y lo hace mediante su Hijo Jesucristo, legando su misión a los apóstoles para que den testimonio del Evangelio por todos los confines de la tierra.

5.1. LA FORMACIÓN DE LOS EVANGELIOS
Planteamiento del estudio de los evangelios sinópticos
Los evangelios sinópticos han gozado siempre de un puesto preferente en la vida de la Iglesia, tanto en el culto oficial como en la religiosidad popular.
Sólo su lectura se escucha en pie y se les considera como los textos más sencillos y populares, sin embargo, su estudio descubre una complejidad mucho mayor que la de cualquier otro escrito del N.T. A diferencia, por ejemplo, de las cartas de Pablo, plantean el problema de cuál es su verdadera naturaleza. ¿Son informes históricos?, ¿son proclamaciones misioneras?, ¿son antologías de textos de Jesús? Se trata de un aspecto clave para su correcta interpretación.
Los evangelistas no especifican quiénes son sus autores, sus primeros destinatarios o las circunstancias que los motivan. Se basan en tradiciones preexistentes. En ellos se detectan:
  1. a) pequeñas secciones literarias con carácter unitario, con principio y final (perícopas), con su propio género literario (Ej.: milagro, parábola). Surge la pregunta sobre la forma y la transmisión antes de su incorporación al relato.
  1. b) bloques literarios unitarios más amplios (milagros: Mc 4,35-5,43; parábolas: Mc 4,1-34; controversias. Mc 2,1-3,6). No son criterios meramente históricos o biográficos los que organizan el texto. La existencia de los sinópticos es un fenómeno literario singular, con semejanzas y diferencias entre ellos, incluso en textos muy venerados, de probable origen litúrgico, como el Padre Nuestro (Mt 6,9-13; Lc 11,1-4) y el relato de la última Cena.
Nos encontramos ante una situación paradójica: el carácter popular y sencillo de los evangelios y la complejidad y dificultad de su tratamiento científico.
“Evangelios”
Los cuatro evangelios canónicos son composiciones anónimas surgidas entre los años 65-90 y que fueron reunidas en una colección alrededor del año 125. Los autores no les pusieron título. Los más antiguos les fueron añadidos cuando se constituyeron como colección y constaba de dos palabras: según (kata) + el nombre en acusativo del evangelista al que la tradición se lo atribuía. Pronto se les denominó como “el evangelio según XX”.
“Evangelio” es una palabra griega que significa buen (eu) anuncio (aggeló). En la Biblia, de los LXX no aparece como sustantivo, sino como participio (euaggelitsomenos), “el mensajero de las buenas noticias”, en el Deutero-Isaías. Es el mensajero que anuncia la intervención salvífica y liberadora de Dios (Is 52,7). Una buena noticia que llena de alegría y de esperanza. Una buena noticia paradójica: la salvación de Dios por un camino insospechado (la acción del rey pagano Ciro). Una buena noticia liberadora: va a cambiar la situación histórica del pueblo sufriente. El libro de Isaías era muy conocido en tiempos de Jesús (en las sinagogas de mayoría farisea después del Pentateuco se leía al profeta).
Como sustantivo se usaba con sentido religioso en el culto al emperador romano; era buena noticia (euaggelion) su accesión al trono, su victoria o su nacimiento.
El término “evangelio” se utilizó muy pronto en la tradición cristiana. Pablo utiliza el sustantivo 60 veces (aparece 76 veces en total en el N.T.) y el verbo 21 (de un total de 28 veces en el N.T.). Se trata del anuncio oral de la salvación de Dios ofrecida a los hombres en Jesucristo. Pablo habla del “evangelio de Dios”, del “evangelio de Cristo” y del “evangelio de su Hijo”. El genitivo es objetivo (evangelio que tiene como objeto a Cristo o a Dios), y subjetivo (evangelio que es y viene de Dios o de Cristo).

Marcos usa el sustantivo siete veces (5 de ellas en forma absoluta, sin complemento: Mc 1,15; 8,35; 10,19; 13,10; 14,9; cf. 1,1.14), pero no usa el verbo.

Mateo utiliza una vez el verbo evangelizar (en referencia a Is 11,5), no usa el sustantivo en forma absoluta, y habla tres veces del “evangelio del Reino”. En Isaías la “buena noticia” era la afirmación histórica del Reino de Dios.

Lucas utiliza con frecuencia el verbo “evangelizar” en el sentido de anunciar la buena noticia del Reino de Dios (como el Deutero-Isaías), y sólo emplea el sustantivo dos veces en Hechos para designar la predicación de Pedro (Hch 15,7) y de Pablo (Hch 20,24).
En los sinópticos la palabra evangelio se refiere siempre a la predicación oral, no designa a los textos escritos.
El primer autor que llama evangelios a los escritos que nosotros conocemos es Justino (+165), que también los designa “memorias de los apóstoles”, género literario conocido por los griegos, con quienes busca dialogar. Desde entonces se utiliza la fórmula: “Evangelio según…” para destacar que evangelio es uno, aunque transmitido en cuatro versiones diferentes.
El hecho de llamar “evangelios” a los textos significa:
  1. a) Abandonar la neutralidad y hacer una confesión de fe, considerarlos como testigos de la salvación de Dios para la humanidad.
– Se trata de una noticia, algo que el hombre no sabía y que le sale al encuentro, algo que procede del poder y del amor de Dios.
– Es una noticia buena la cercanía de Dios que humaniza, da felicidad y alegría.
  1. b) En relación con el uso profano: aceptar que la buena noticia no viene del emperador sino Dios.
  2. c) En relación con el uso hebreo: afirmar que en Jesucristo se realiza la auténtica buena noticia anunciado por los profetas del A.T.

5.2. JESÚS Y LOS DISCÍPULOS EN LOS EVANGELIOS DE MARCOS Y MATEO
  • 2.1. Marcos
     Hoy se considera a Marcos como el más antiguo de los cuatro evangelios, fuente de Mateo y Lucas. Ha pasado de ser una obra poco apreciada a considerarse, a partir del siglo XVIII, como una obra clave para el estudio de los evangelios. La obra se inicia como un sumario-anuncio que, a modo de tesis anuncia lo que pretende desarrollar: el Evangelio es Jesús, Mesías e Hijo de Dios.

Jesús en Marcos
Subjetivo: evangeliza (de basar, Is. II): proclama y trae el Reino de Dios, especialmente a los pobres.
Objetivo: él mismo es el evangelio, en ocultamiento y debilidad. Unos lo rechazan. Otros lo acogen. Son los Discípulos y los Doce.

Discípulos y los Doce.
Son dos grupos. Tienen en común:
– Grupo cristológico al servicio del Reino de Dios. Seguidores de Jesús por iniciativa de él. Unidos a Jesús y entre sí en una nueva fraternidad. Servicio, compartir, hacer la voluntad de Dios. Misioneros a pesar de que puedan ser respondidos con la incredulidad.
– Conocimiento de Jesús Testigos que aprenden del maestro; en quien se revela el Reino de Dios, el mesianismo (lo descubren en vida de Jesús) y la divinidad (tras la pascua). Los tres anuncios de muerte y resurrección van seguidos de desarrollos éticos en que se les señala: no al afán de poseer y dominar; negarse a sí, tomar la cruz; hacerse niño; matrimonio indisoluble.

Los Doce.
Este grupo siempre estará con él, menos en la cruz, donde huyen. Poseen una misión especial: están capacitados para hacer lo que Jesús hizo, expulsar demonios y proclamar Reino de Dios.

Los Tres: Pedro, Santiago y Juan
Testigos especiales de Jesús (poder sobre muerte, transfiguración, testimonio del Padre). Como los demás, no velan en Getsemaní y huyen.

Pedro
Imagen preeminente, sub-protagonista después de Jesús. Primero se llama Simón. Pedro es nombre teológico. Representa al grupo y es su portavoz.
Hay antipetrinos. Lo ven negativo, por ser demasiado judeocristiano. O demasiado helenista, según autores. Hay propetrinos. Es imagen positiva, aunque existen aspectos delicados: Marcos es el menos propetrino de los evangelios. Representa un tipo de discipulado. Acompaña, pero no comprende, le abandona y llora.

Eclesiología
-Escatológica. El Reino de Dios ya ha comenzado con Jesús y su nuevo Israel. Dios empieza a reinar sobre unos hermanos que son sus hijos.
-Cristológica. A iniciativa de Jesús hay que estar con él, que es el evangelio. Identificarse con él.
-Misionera. Colabora con la obra de Jesús. Para eso hay que ser testigo; y vivir su ética fraternal.

  • 2.2. Mateo
     Mateo quiere instruir a su comunidad. Incluso en las secciones narrativas busca explicitar enseñanzas doctrinales. Los 5 grandes discursos jalonan toda la obra y demuestran su capacidad para componer sus síntesis mediante combinación de fuentes: el Sermón del Monte, el discurso de misión, el discurso en parábolas, el discursos eclesial y el discurso escatológico

Jesús
Mesías enviado davídico (derásico y midrásico) sólo a Israel. Cumple el Antiguo Testamento. Expresión semítica, pero (polemismos) es rechazado por los inicuos judíos. Se dará su promesa a una nueva nación en que caben todos (universalismo).
“Mesías” es correcto pero insuficiente. Mateo es quien más usa “hijo de David”: lo aclaman así o le piden cosas. Precaución ante triunfalismos judíos. Mejor utilizar “Hijo de Dios”. Lo concibe una virgen por el espíritu. En la confesión de Pedro o en las tentaciones de la cruz, relacionadas con las del inicio en el desierto. Es un Hijo obediente. Fenómenos cósmicos en su muerte hacen llamarlo así a unos paganos.
Jesús dice “mi” Padre. Es Señor. Así se dirigen a él, pidiendo en vocativo. Los discípulos no le llaman “maestro”; sólo sus adversarios.
Es “Dios con nosotros” por su nacimiento. Esto entronca hacia atrás con la fórmula de alianza del Antiguo Testamento; hacia delante, con el dicho rabínico (Aboth3, 2) “Si dos están juntos ocupados en las palabras de la Ley, la Sekiná habita entre ellos”. Más allá de su vida terrestre, Jesús está con los discípulos.
No se dice que sea Dios, pero se da a entender que perdona; le dicen Hossana; es Hijo del Hombre (auto designación) que vendrá con gloria a juzgar.

Iglesia
Mateo no distingue entre su tiempo y el del Jesús histórico. Es el único que usa ekklesia. La obra entera va de la vida eclesial. Israel rechaza y mata al Hijo: la Iglesia surge entonces, fundada por Cristo, y los sustituye.
Jesús permanece con ella para siempre: alianza cristológica (fórmula “con vosotros”). Hay continuidad en el envío discipular. Los discípulos son hermanos de Jesús.

Discípulos
Es la actualización eclesial de quienes vivieron con el Jesús histórico. A su vez, se les manda hacer discípulos. “Entienden” su enseñanza: comprensión como cara de la cruz que es la fe en una misma moneda. Tienen luces y sobras, pero se elimina de ellos la incomprensión de Marcos.
Jesús les reprende por su poca fe (oligopistoi), cosa que siempre es un peligro; y por su sklerokardía. Es catequesis intraeclesial.

Pedro
Personaje de capital importancia, especialmente por las controversias pontificias. Hay tradiciones exclusivas de Mateo.
Es el primero en reconocerlo y ser llamado. Fundamento de la Iglesia. Pero tiene rasgos negativos importantes: incomprensión y reproche de Jesús; negaciones con juramento. Es el prototipo discipular. Sus pecados son arquetípicos. Es el portavoz que pregunta las dudas. La relación con el Señor se proyecta en él. Recibe su enseñanza.
También es una figura con papel decisivo histórico: piedra que garantizará la pervivencia. Poder de las llaves. Investido como transmisor e intérprete legítimo que da cohesión. Sintetiza posiciones extremas (paulinismo y judeocristianismo.). En la Iglesia de Mateo había ya un ministerio con autoridad disciplinar que se considera ratificado por Jesús, tiene dimensión doctrinal y práctica que puede llegar a la excomunión.

Escribas
Es un ministerio de esta Iglesia. Enseñan y actualizan. No deben dejarse llamar “padre” ni rabí.

Profetas
Itinerantes, no sedentarios como los escribas. Se les debe acogida.

Conflictos
Los animistas falsos profetas son milagreros, lobos y agentes de iniquidad. Engañan (planaô) y dan malos frutos. En las persecuciones hay división por culpa de ellos. Quizá eran espiritualistas libertinos.

5.3. LA OBRA DE LUCAS: RELACIONES ENTRE LC Y HCH
La doble obra presenta una historia de la salvación dividida en períodos. En ella se sitúa el lector. Es un camino programado o dirigido por el Padre, protagonista que ofrece la salvación por medio del Espíritu y de los profetas; los del Antiguo Testamento, Jesús profeta y la Iglesia, pueblo de profetas.
Es camino profético que lleva a la plenitud de la vida. Tras la resurrección, Jesús sigue caminando con su Iglesia. La preparación fue el Antiguo Testamento (“como está escrito”, “es necesario”), copla derásica. El nexo es Juan Bautista. El cumplimiento viene con Cristo, en su ministerio terreno y durante el tiempo de la Iglesia; testigo que ofrece la salvación a la humanidad.
Es camino animado por el Espíritu, promesa del Padre que unge a los profetas o se pasa por la Iglesia en Pentecostés. Ese don es una garantía.
Es camino apostólico. Interesan sobremanera los Doce; ministerio fontal creado por Jesús del cual se derivan todos los demás ministerios. Sin desestimar la labor de toda la Iglesia, representada en el envío de los setenta y dos.
La geografía es teológica: de Galilea a Jerusalén; luego a Samaría y Antioquia, luego a Roma.
Camino actual, explicado por Lucas a sus contemporáneos. La conversión y la salvación son ahora.
Camino salvador. Lucas – Hechos emplea proporcionalmente el vocabulario de la sôtería más que en el Nuevo Testamento. Era un deseo generalizado entonces. Da un bien (término a quem) y libra del pecado (término a quo). Es universal, con privilegiados como pobres y pecadores: anawîm, fieles perseguidos o austeros por vocación. El centro de la teología lucana es la salvación que llega a los gentiles

Desde la década de los 40 se toma conciencia de que hay que estudiar Lucas – Hechos como una unidad. Ya no se centra en el antiguo enfoque (ciclo de Pedro, ciclo de Pablo); sino en la teología del centro del tiempo, o la historia de la salvación en tres etapas: Padre, Hijo y Espíritu.

5.4. EL TIEMPO DE JESÚS Y EL DE LA IGLESIA.
El ministerio terreno da comienzo al cumplimiento de promesas. Jesús profeta escatológico, sufre rechazo. Camina a Jerusalén. Su muerte es consumación-exaltación.
Durante el tiempo de la Iglesia, Jesús sigue ejerciendo de Señor, Mesías y Profeta. La especial etapa eclesial es de testimonio, proclamando con obras y palabras que la promesa del Reino ha comenzado en Jesús resucitado. Recibe el Espíritu y ofrece la salvación a judíos y gentiles “hasta el confín de la tierra” (=la capital de la gentilidad romana).
La Iglesia es el instrumento de Dios para cumplir las promesas de la Alianza, crea un pueblo nuevo y universal cuya naturaleza es misionera. La vida de los primeros cristianos se describe con rasgos sencillos, se centra en la oración, fracción del pan y el ejercicios del desprendimiento, la caridad y el amor.
5.1.: Origen, transmisión y redacción de los evangelios sinópticos
Tras la muerte de Jesucristo, los Apóstoles se dispersan por Jerusalén hasta que, reunidos, tienen la doble experiencia de la Resurrección del Señor y de Pentecostés. Con la fuerza obtenido del Espíritu Santo se lanzan a predicar a diversas ciudades de su entorno. En cada ciudad, una pequeña comunidad está reunida alrededor de uno de los Apóstoles que habían vivido cerca de Jesús y que contaban su experiencia personal de encuentro con Él. Conforme para se tiempo, la memoria empieza a fallar por los años y la misma comunidad pide a algunos de ellos que pongan por escrito su testimonio de Jesucristo. Quien primero lo hace, alrededor del año 70, es Marcos y luego, en el 85, Mateo y Lucas. Pero no escriben una biografía de Jesús, sino la recopilación de las “fichas” que ellos mismo utilizaban para la predicación.
Mateo y Lucas cuando escriben sus respectivos evangelios tienen delante el de Marcos. Lo sabemos porque los tres siguen el mismo orden de exposición. Pero Mateo y Lucas recuerdan más detalles que Marcos y los ponen en sus evangelios. Por otro lado, hoy, fruto del estudio literario de los evangelios, sabemos que hay cosas comunes a Mateo y Lucas que no están en Marcos, y que suelen ser palabras de Jesús. Probablemente, además del evangelio de Marcos, consultaron una colección de dichos de Jesús que los expertos llaman “fuente Q”. Pues bien, ya tenemos los tres primeros evangelios, que denominamos “sin ópticos” debido a pueden ser leídos a la vez a través de cuadros sin ópticos.
5.2. : Jesús en el origen de la tradición evangélica
La predicación y la vida de Jesús son el origen de los evangelios. A partir de su resurrección, es cuando los discípulos empiezan a comprender las cosas. La fe en la resurrección es para ellos la Buena Noticia que da sentido nuevo a sus vidas y los invita a predicar primero y luego a escribir. Jesús está en el origen de los evangelios pero el nacimiento de los textos comienza en las comunidades postpascuales.
DV 18-19 recoge la problemática del acceso al Jesús histórico. Afirma la historicidad de los evangelios que provienen de la predicación y, ellos mismos, son predicación; subraya que recogen la tradición de los dichos y hechos de Jesús con sus diversas etapas de formación de los textos; y recuerda que los evangelistas no son meros recopiladores sino autores que seleccionan, ordenan y adaptan el material anterior según su intencionalidad teológica.
Los criterios de historicidad son:
Atestación múltiple: Se trata de cuando un dato aparece en múltiples fuentes (no en diversos evangelios).
Discontinuidad: Cuando tenemos un dato que no puede explicarse por el influjo del judaísmo o del cristianismo; que hace que no pueda haber sido inventado.
Conformidad: Un dato que esté en conformidad con el ambiente de la época. No se trata de un criterio absoluto.
Tradiciones refractarias: Cuando un dato va más allá de la tendencia teológica del autor, que lo recoge porque su importancia le impide eludirlo.
Ejecución: Los elementos conflictivos tienen un alto grado de historicidad porque explican el dato más cierto de los evangelios: la condena a muerte de Jesús.
5.3.: Fidelidad y clarificación del mensaje de Jesús en la comunidad cristiana
Los apóstoles transmitieron con fidelidad: La tradición evangélica nace en un ambiente de cultura oral en el que la memorización tiene una gran importancia a la vez que los procedimientos técnicos de transmisión (concisión, ritmo y procedimientos mnemotécnicos) que llevan consigo la fijación del texto.
Por otro lado, en Hch y cartas paulinas encontramos una serie de textos en los que aparece claramente la vigilancia de los dirigentes de las comunidades para que se transmitiese fielmente el mensaje de Jesús. Frente a la historia de las formas, debemos afirmar este interés de Pedro y los apóstoles por ser fieles al mensaje.
La fidelidad de la transmisión se asegura por:
  1. a) El apostolado: Que implica un envío, pero con autoridad. La misión de apóstol de Cristo es transmitir el mensaje de Él le ha confiado. Si transmitiese un mensaje distinto ya no sería apóstol.
  2. b) El testimonio: Los discípulos tiene que testificar la vida y la resurrección de Jesús. El testimonio implica la fidelidad a lo que Cristo les mandó testimoniar. Si en lugar del mensaje de Cristo hubiesen predicado otro mensaje no habrían sido “testigos de Cristo”
  3. c) La Tradición: Han de transmitir lo que han recibido (esto aparece claramente en Pablo). “Recibir” y “transmitir” son dos términos técnicos para referirse a una cadena de transmisión fidedigna y autorizada.
Los apóstoles transmitieron con la inteligencia que les dio la resurrección y el Espíritu santo: Antes de la resurrección, Cristo no llevó la revelación a su plenitud. Sin embargo, a la luz de la Pascua y bajo la acción del ES, los Apóstoles comprendieron la persona de Jesús y descubrieron, en su sentido más profundo, los hechos y dichos que habían oído. Esa plena inteligencia es la que ha quedado consignada en los evangelios.
Los apóstoles transmitieron influidos por factores:
  1. a) El AT: Constituye el único horizonte mental en el que puede comprenderse todo el peso teológico del NT. El acontecimiento Cristo ha sido expresado e interpretado con figuras, conceptos y estructuras procedentes del AT.
  2. b) El ambiente litúrgico: Los primeros cristianos heredaron de la sinagoga la costumbre de leer y comentar los textos sagrados del A T, a los que añadieron los relatos que recordaban sobre la persona de Jesús.
  3. c) El ambiente catequético: Es el método empleado.
  4. d) El ambiente misionero: En la predicación a los judíos se utiliza con profusión el A T y en la realizada a los gentiles se omiten temas específicamente hebreos.
5.4.: Centros de mayor interés en la teología de cada sinóptico
5.4.1.: La teología de Marcos
5.4.1.1.: ¿Quien es Jesús?
Los títulos: De los diversos títulos que el evangelio de Marcos usa para hablar de Jesús hay tres que parecen revestir especial importancia:
  • Hijo del Hombre: En la tradición judía bíblica (Dan 7, 13) este título, propio de círculos apocalípticos, designaba una figura celeste, con forma humana, que había de venir al final de los tiempos para juzgar la historia. Su uso por Jesús está frecuentemente en relación con la Pasión y con rasgos que parecen corresponder con la figura del Siervo de Yahvé.
  • Mesías: No se usa con mucha frecuencia en Marcos y Jesús mismo rechazó este título. Este término perdió sus connotaciones nacionalistas al pasar de las comunidades judías a las pagano-cristianas, como la que dirige Marcos.
  • Hijo de Dios: Es la condición de Hijo la que mejor define la divinidad de Jesús. En la dinámica de Marcos la confesión de fe del centurión (15, 39) es paradigmática; algunos autores la interpretan como una prueba de que Marcos escribe su evangelio para cristianos romanos.
El secreto mesiánico: Los textos en que se encuentra la orden de guardar silencio sobre la identidad y las acciones de Jesús son sobre todo, exorcismos (1, 25.34; 3, 12) y milagros (1, 44; 5, 43; 7, 36; 8, 26).
Para Wrede, no es Marcos quien inventó la estratagema del secreto, sino que él lo tomó de la tradición de la primitiva comunidad. Sin embargo, para Minette de Tillese es una creación redaccional de Marcos, quien lo usa para expresar la idea teológica fundamental desde la que él interpretó la persona, la obra y el destino de Jesús.
Los textos Mc 8, 27-30 y Mc 8, 31-33 dan la clave interpretación. Cuando Pedro confiesa que Jesús es el Mesías, éste no rechaza tal confesión; sin embargo, imponer silencio. La razón es que el Hijo del Hombre tiene que padecer mucho, ser rechazado y morir. Por tanto, se trata de un recurso de Marcos para indicar la necesidad de la Cruz antes de llegar a la gloria de la Resurrección. Es pues, una manera de afirmar que” era necesario que el Mesías padeciera” (Lc 24, 26). Marcos ha tratado de armonizar la tensión entre las dos tendencias teológicas: por una parte, la necesidad de mostrar la gloria de Cristo resucitado ya presente en el curso de su ministerio terrestre; por otra, la afirmación de la necesidad de la pasión y muerte antes del triunfo de la resurrección.
5.4.1.2.: La práctica de Jesús
Según Marcos, Jesús no es sólo el predicador o proclamador de la Buena Nueva del Reino, sino que en él se hace realidad el Reino que anuncia. Los gestos y la palabra de Jesús son la presencia misma del Reino.
Marcos se interesa poco por la enseñanza de Jesús: sólo hay tres discursos: 4, 1- 34; 7, 1-23; 13, 1-37. Cierto que no da mucha importancia a las palabras concretas de Jesús pero sí lo hace con la palabra. En este sentido es significativo el texto Mc 1, 27, donde se dice cómo la gente se maravillaba de la enseñanza de Jesús, cuando en realidad lo que se acaba de presenciar es la curación de un endemoniado. La verdadera enseñanza de Jesús es la que surge de su práctica concreta, especialmente en los milagros.
Marcos no tiene ningún interés en presentar a Jesús como un taumaturgo. Por el contrario, los milagros son signos del Reino de Dios que se realiza en Jesús, signos de la victoria sobre el mal, signos de que el Reino se concreta y se realiza en la práctica liberadora de Jesús en favor de los hombres.
5.4.1.3.: Los discípulos
El vocabulario que utiliza Marcos define al discípulo desde la categoría del seguimiento. Esta terminología está particularmente desarrollada en la sección del camino (8, 31-10, 52). Pero Marcos no entiende el camino sólo en su aspecto material (hacia Jerusalén), sino sobre todo en su significación teológica: el destino de pasión y cruz de Jesús, del que Jerusalén es símbolo. El seguimiento de Jesús es, pues, aceptar su destino de pasión y cruz lo que se desarrolla con algunos ejemplos: 8,31-33; 10, 17-22; 10, 46-52; 15, 39.
Pero, ¿en qué consiste aceptar la cruz? Marcos responde con una serie de paradojas que significan un nuevo orden de valores: 8, 35; 9, 35; 10, 31; 10, 44. El servicio es el criterio definitivo de todas las exigencias que al discípulo se le plantean. La razón de la cruz no es sufrir, sino servir. la cruz de Jesús no es sólo símbolo de ello, sino que es también una invitación constante a apostar por esta opción.
5.4.2.: La teología de Mateo
Todo el evangelio de Mateo está escrito con la finalidad de demostrar que Jesús de Nazaret es el Mesías. La prueba del mesianismo la deduce Mateo principalmente del AT. En las llamadas citas de reflexión (1,22; 2, 15.17.23; 4, 14; 8, 17; 12, 17; 13,35; 21, 4; 26, 56; 27, 9), Mateo está haciendo notar constantemente que en el destino de Jesús, en sus acciones y en sus palabras, se están cumpliendo en plenitud las profecías del A T. De esta manera, el A T entró a formar parte de los libros santos para los cristianos.
No es casual que el primero de los grandes discursos del evangelio de Mateo trate de la actitud de Jesús ante la Ley. Es significativa la afirmación de Jesús según la cual él no ha venido a abolir la Ley, sino a darla plenitud (5, 17). Jesús critica la Ley al anular algunos de los antiguos preceptos como el derecho del hombre de repudiar a su mujer y declarar sin vigor los mandamientos cultuales. Jesús interpreta la Ley al acentuar determinados aspectos (22, 34-40) y la radicaliza porque en las siete antítesis del sermón del monte (5, 21-48) establece un fuerte contraste entre sus palabras y lo que se había dicho a los antiguos por medio de Moisés.
Mateo ha dado a su evangelio un colorido intensamente judío. No obstante, tiene signos claros de universalismo: la salvación de Cristo Jesús no se limita a los judíos, sino que se abre también a los gentiles; además, los discípulos reciben el encargo expreso de ir y enseñar a todas las naciones (28, 19s).
Mateo es un evangelio eclesiástico, compuesto para enseñar a la Iglesia a seguir las huellas del Maestro. Distingue el tiempo de Jesús como cumplimiento, y, por tanto único e irrebatible, y el tiempo de los padres y profetas, que lo anunciaban; pero también distingue el tiempo de la Iglesia, que se abre después del de Jesús hasta el fin de los tiempos (28, 16-20). Los discursos de Jesús contienen enseñanzas para la comunidad cristiana mateana y los relatos de milagros sufren una acomodación redaccional para mostrar ejemplarmente en el comportamiento de los doce lo que los cristianos de la Iglesia mateana y de los todos los tiempos deben hacer.
5.4.3.: La teología de Lucas
5.4.3.1.: La síntesis lucana
El evangelio es la primera parte de la obra de Lucas que tiene dos volúmenes: el evangelio y los Hechos de los Apóstoles. Es el único autor que intenta mostrar explícitamente cómo, cuando termina la vida terrestre de Jesús, nace la Iglesia y qué relación existe entre ambas realidades. Lc es consciente de tender un puente entre ambos períodos.
A este respecto es significativa la repetición del relato de la ascensión tanto en Lc como en Hch. La ascensión es un acontecimiento con una doble perspectiva: por un lado es el fin de la historia de Jesús, pero por otro es el comienzo de la historia de la Iglesia. Los que han presenciado la ascensión esperan que comience el siguiente capítulo de la historia. El fin de la historia de Jesús es la Iglesia y la historia de Jesús es el comienzo de la Iglesia.
5.4.3.2.: La historia de la salvación
Lucas tiene vocación de historiador y por eso conecta la historia de Jesús con la historia universal. Es el único escritor del NT que menciona nombres de emperadores romanos y subraya la inocencia política de Jesús ante las autoridades romanas.
El riesgo más relevante de Lc es la inserción de la actividad de Jesús en la historia de la salvación operada por Dios.
5.4.3.3. : La escatología lucana
La escatología no tiene en Lc la misma fuerza que en Mc y Mt. Esta disminución de la expectación del fin es un exponente de su visión cristiana de la historia. Lucas traza una visión cristiana de la historia, que comprende la actividad, muerte y resurrección de Jesús como cumplimiento de las profecías divinas; prolonga su curso más allá de estos acontecimientos y continúa la Historia de la salvación en la vida de la Iglesia hasta el fin de los tiempos.

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"Entiende para creer, cree para entender" (San Agustín, Sermón 43)